Que sea la cinta más ligera de Kiarostami no quiere decir que se trate de una película ligera, como no lo fue el recuerdo que tuvo el cineasta para su colega iraní Jafar Panahi, retenido por el Gobierno de su país. «Copie conforme» («Copia certificada»), el primer filme que ha rodado lejos de su país el cineasta iraní menos político de su generación y las siguientes, fue fruto de su flechazo con Binoche. Llegó hace poco de Punta del Este, Uruguay, donde pasó una larga temporada después de terminar el rodaje de 1985, un filme dirigido por Santiago Mitre -una coproducción entre Amazon; Kenya, la productora de los Darín, y La Unión de los Ríos, la productora de Mitre-, cuyo tema es el Juicio a las Juntas que se llevó a cabo ese año en la Argentina, un proceso que sometió a la justicia civil a integrantes de las Juntas Militares de la dictadura que comenzó en 1976 y terminó en 1983. La película hace eje en el juicio y en las vidas del fiscal a cargo, Julio César Strassera, ya fallecido, y del fiscal adjunto, Luis Moreno Ocampo.
Dijo que es «intolerable» la presión que sufren en su país los artistas.Tras la cinta de Binoche se pudo ver la francesa «Des hommes et des dieux» («De los hombres y de Dios»), filme irregular que apunta que la Alianza de Civilizaciones no será posible mientras el fanatismo islámico arrecie. Quien montó el numerito fue Lambert Wilson en el photocall de «Des hommes et des dieux». Vestido con una chaqueta roja de chandal se parapetó tras unas enormes gafas negras y besó en la boca al director, Xavier Beauvois.- La ausencia de Polanski está cada vez más presente en Cannes. Potente DarínPor su parte, Frears sirvió fuera de concurso «Tamara Drewe», una comedia, esta vez sí, ligera, pero con mala leche, ambientada en la campiña inglesa que seguro tendrá recorrido comercial. La película de Mitre, con las notables actuaciones principales de Ricardo Darín y Peter Lanzani, llegará a la ceremonia que tendrá lugar el próximo domingo en el Dolby Theatre de Los Ángeles luego de un gran paso por el circuito de festivales y la temporada de premios, un recorrido que comenzó con su premiere mundial y reconocimientos en el Festival de Venecia en septiembre pasado.
Sus padres, los actores Ricardo Darín y Renée Roxana -una deformación de Rohuana, el apellido libanés original-, se conocieron en la radio. Pablo Trapero, el argentino más mimado por los festivales europeos en los últimos años, recibe a LA RAZÓN tras ensangrentar Un certain regard con «Carancho», que quizá no sea tan redonda como «Leonera» y peque de excesiva, aunque cuente con el gancho de una buena historia y potentes interpretaciones: Ricardo Darín es un parásito de hospital que se mantiene de las indemnizaciones de los accidentados en carretera ofreciéndose como mediador con la aseguradora cuando aún el afectado está en estado de «shock». La mayor sorpresa del cartel es Ricardo Darín, un actor que, a priori, tiene poco que ver con el cine de Trapero: «Era un anhelo, segunda equipacion argentina pero en mis películas no había un papel para él. Y Ricardo filmaba, hacía televisión, teatro. Es muy miedoso. Creo que al estar con mi mamá se tuvo que adaptar a una vida un poco más aventurera y arriesgada, porque ella es así. Aún y así Gwyneth Paltrow dio una lección, nada desdeñable, de lo que era la elegancia en los años noventa.