La voz, con una gradación de texturas extraordinaria, es vehículo de una sintaxis precisa, cambios de ritmo y réplicas rápidas que arrancan carcajadas o destruyen toda posibilidad graciosa. Un jueves de marzo, a media tarde, Darín come una pera y un durazno, sentado a la mesa del patio. Empecemos por el principio, porque hablamos de la segunda hija de uno de los matrimonios más queridos a ambos lados del Atlántico: el formado por el actor Ricardo Darín y la alfarera Florencia Bas. Mitre, que había dirigido a Darín como un presidente argentino ficticio en la saga política de 2017 La cordillera, dijo que admiraba cómo el actor produce una interpretación veraz a través de una síntesis de sus propias sensibilidades y las del personaje. Al año siguiente, llegó la conmovedora El hijo de la novia, de Campanella, que aprovechó la sensibilidad cómica de Darín para darle la vida al papel del dueño de un restaurante que se ocupa de sus padres ancianos. “He tenido toda la suerte que mis padres no tuvieron como actores”, comentó durante una entrevista reciente en el hotel Sunset Tower. “Fue una gran tarjeta de presentación, como actor, poder mostrar dos facetas absolutamente opuestas casi a la vez”, asegura Darín.
Darín considera que su camino está predestinado. Su padre es uno de los actores más valorados y queridos en medio mundo y su hermano sigue sus pasos abriéndose camino como uno de los jóvenes intérpretes con más futuro, pero Clara (26), la hija pequeña de Ricardo Darín (63) y hermana de Chino Darín prefiere mantener un perfil bajo e ir labrándose poco a poco un futuro como empresaria de la industria de la moda. Ricardo sí las recuerda. Efectivamante, fuera de la pantalla las cosas no andan muy bien. Cuando se escribe sobre él, se menciona su arista sencilla y jocosa, pero muchas de las cosas que cuenta en tono divertido, despojadas de las inflexiones y los gestos, son cosas más bien tristes. Papá era poeta, papá se quedaba con su hijo de 7, 9, 10 años hablando hasta las dos de la madrugada, diciéndole cosas como “nunca tenga nada, todo lo material es un ancla”. Nos poníamos traje, corbata, a los 15, 16 años, y caminábamos desde Once hasta el centro. El reino’, la serie protagonizada por Chino Darín, de momento no ha alcanzado una enorme relevancia en nuestro país, pero no sería descartable que funcione el boca-oreja y acabe siendo lo que antiguamente se llamaba en terminología de la industria un ‘sleeper’, un fenómeno que iba creciendo poco a poco hasta alcanzar proporciones masivas.
El 5 de enero del año en que Darín tenía 12, su padre llegó un poco bebido y, como no tenía un peso y el 6 era Día de Reyes, decidió regalarle un gato callejero. Y me acuerdo del día en que decidimos no seguir ninguna de las historias porque había tantas versiones de epilepsia como pacientes. Leo las noticias, veo la televisión, camiseta de messi argentina estoy al tanto de lo que pasa tanto en mi país como en el resto del mundo. Acá leo y también boludeo. Y me parece que Ricardo asumió un poquito de esa paternidad. Su nivel de exposición era considerable cuando, en 1978, conoció a Susana Giménez, vedette, actriz popularísima que le llevaba 13 años. Tiene 65 años y una de esas memorias que ya no se usan: acaudalada. Eso habrá ocurrido durante dos o tres años. Fue por ella que consiguieron una hipoteca y, cuando él tenía tres o cuatro años, se mudaron a un departamento en pleno Once, un barrio comercial y popular con zonas de prostitución callejera, mafiosos menores, ladrones de ocasión. De hecho, se puso el foco en él cuando fue elegido para ser el coprotagonista junto a Penélope Cruz de ‘La reina de España’, secuela de ‘La niña de tus ojos’ que, pese a contar con un reparto espectacular, no cosechó las expectativas que se habían depositado en ella y podríamos incluso calificarla de fracaso en taquilla por su elevado presupuesto.