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Discutieron. Finalmente, el director pensó que el actor tenía razón y aquí están, en un bosque umbrío, milagrosamente sin retama, rodando la escena en la que el taxidermista interpretado por el actor percibe el aura, un estremecimiento profético que antecede a la convulsión epiléptica. El actor es Ricardo Darín y, al momento de filmar esa escena, hace tiempo que ha consumado su metamorfosis. “En mi carácter de protagonista de la película y también de productor, camiseta argentina mundial 2022 este es un momento en que no se puede sacar el cuerpo. Era un momento en que la calle ardía. Florencia paseaba por la calle cuando se topó con el actor, que estaba comiendo en la pizzería Banchero. Florencia es una luchadora feroz, y no le tiene miedo a nada. Florencia Bas está allí con Clara, la hija menor. La habían visto juntos, les había gustado pero la descartaron -necesitaban un cuarto más-, y cuando se separaron, él la compró porque pensó: “Pase lo que pase, es una casa que a ella le gusta”. La protagonista de ‘La casa de papel’ ha mostrado su amor por el actor a través de las redes sociales. El director está allí para filmar su segunda película -la primera, cuatro años atrás, lo colocó, junto al actor que ahora permanece tumbado sobre el suelo de un bosque lúgubre, en el olimpo- y tiene 45 años.

Hablaba usted de la crisis, que afectó hace años a Argentina y en la actualidad a medio mundo. Eso habrá ocurrido durante dos o tres años. Me dijo: “Yo te conozco, vos no te casás con alguien a quien conociste hace tres meses”. El actor le dijo: “No podés trasladar a 100 personas hasta la Patagonia y suspender”. El actor se queda tendido sobre las hojas húmedas. No hay duda de que la pareja está viviendo una etapa muy dulce, ya que tanto en lo personal como en lo profesional las cosas no les pueden ir mejor. Es el mes de septiembre de 2004 y, como cada primavera austral, en la Patagonia argentina florece la retama, un arbusto cuyas flores amarillas diluyen la hostilidad de las montañas. Y es cierto que no se ha encasillado, porque aún encontrando tiempo para algunas de sus pasiones como esquiar o montar a caballo, desde entonces fundó junto a otras dos amigas Yey House, una compañía que engloba a alrededor de treintena de marcas creadas por jóvenes diseñadores y diseñadoras de Argentina. Tiempo atrás, el matrimonio dueño de una carpintería contigua recibió la oferta de un grupo inmobiliario que planeaba construir un edificio.

¿Le queda tiempo libre? La película se proyectó en España al mismo tiempo que Nueve reinas. Qué genio Szifron. Es un placer laburar con un tipo como él, que te da herramientas y te dice: “Dale, te sigo”. Aunque Chino se llegó a matricular en Ingeniería, nunca inició estos estudios, porque su verdadera vocación era otra, ahora sabida, y que desveló a su padre a una muy temprana edad: «Lo que más me pesaba era el arrastre del ancla del apellido porque, conociendo el paño, el universo en el que nos movemos, hay gente divina y también hay de la otra, que no deja pasar la oportunidad de hacer sentir su veneno. Eso sí me tenía preocupado, que le hicieran pagar a él cuentas mías, por ejemplo. O que dijeran ‘claro, como es el hijo de’. Él, afortunadamente, es un tipo inteligente, y eligió un camino completamente distinto. Nunca dependió de mí, todo lo contrario: hizo todos los castings y pruebas que había que hacer, fue rebotado de muchos, aceptado en muchos otros, investigó su propia caja de herramientas lenta, prudente y conscientemente y se hizo un camino propio». Ricardo y Chino Darín mantienen una excelente relación, pero también han tenido la fortuna de trabajar juntos en ‘La odisea de los giles’ (disponible en Netflix), una experiencia muy gratificante para ambos, como contaba al diario ‘La Razón’ el protagonista de ‘Nueves reinas’: «No es fácil trabajar con tu hijo, con tu viejo, con un familiar tan directo. Ni siquiera es fácil trabajar con tu cónyuge. Es difícil que no se note el vínculo real y puede contaminar el vínculo que estás pretendiendo diseñar, porque estos son unos tipos distintos a como somos el Chino y yo. Pero nos gustó mucho esa cosa de coraje, de arrojo de decir ‘sí, es ahora, ¿por qué no lo vamos a hacer ahora?’, y a medida que avanzábamos nos íbamos entusiasmando cada vez más».

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